El gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció hoy que comenzó a «endurecer» el paso fronterizo desde la ciudad mexicana de Tijuana, en anticipación al arribo de una caravana de migrantes que avanza por el oeste de México.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza dijo en un comunicado que cerrará cuatro carriles de los pasos fronterizos de San Ysidro y Otay Mesa, que unen a Tijuana con la ciudad estadounidense de San Diego, en California.
El comunicado explicó que los cierres son necesarios «para instalar y posicionar equipo de reforzamiento de infraestructura en preparación para la caravana de migrantes y del riesgo potencial que pueda representar para la seguridad», informó la cadena CNN.
La decisión deja, de todos modos, suficiente lugar para las decenas de miles de personas que cruzan a diario: 23 carriles seguirán abiertos en San Ysidro, uno de los pasos fronterizos terrestres más transitados del mundo, y otros 12 en Otay Mesa.
La caravana fue uno de los grandes temas de la campaña para las recientes elecciones legislativas de mitad de mandato, y Trump ordenó el despliegue de más de 5.000 militares en la frontera para ayudar a contener a los inmigrantes.
El mandatario ha afirmado, sin pruebas, que en la caravana hay delincuentes o incluso extremistas islámicos.
Las caravanas, sin embargo, están formadas por miles de desesperados migrantes centroamericanos, que avanzan mayormente a pie con sus hijos a cuestas.
El grupo más numeroso inició su travesía hace un mes, ya ha atravesado Honduras y Guatemala y ahora avanza por el oeste de México con dirección al Norte.
Varios miles de migrantes dejaron hoy sus centros de recepción en Guadalajara, punto intermedio de su camino a la frontera, y fueron trasladados en colectivos a un peaje sobre una autopista donde esperaban conseguir que alguien los acerque a su próximo destino.
Los migrantes creían que más colectivos los iban a estar aguardando en el peaje para llevarlos a través del estado de Nayarit, afectado el mes pasado por terribles inundaciones, hacia la vecina Sinaloa, más al Norte.
Pero no había ningún colectivo, y eran pocos los camiones que levantaban a los que hacían dedo, así que muchos no tuvieron otra opción que reanudar la marcha a pie, informó el diario mexicano El Universal.
La mayoría de los migrantes planean avanzar por la costa del Pacífico hacia Tijuana, que aún está a 2.200 kilómetros. Los centroamericanos ya han recorrido 2.400 kilómetros desde que salieron de Honduras, alrededor del 13 de octubre.
Una segunda y más pequeña caravana llegó ayer a Ciudad de México. Hoy, más de 1.000 de ellos establecieron un campamento en el mismo estadio de fútbol donde la caravana más grande estuvo hasta el sábado pasado.
Una tercera caravana se dirige a la capital mexicana. Muchos dicen que huyen de la rampante indigencia, de la violencia de las pandillas y de la inestabilidad y hasta la persecución política en Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
México les ha ofrecido refugio, asilo o visas de trabajo, y su gobierno dijo ayer que expidió 2.697 visas temporales a individuos o familias para darles cobertura durante los 45 días que tarda el proceso para adquirir un estatus más permanente.
Un total de 533 migrantes solicitaron un retorno voluntario a sus países, informó el Ejecutivo mexicano.