Voluntarios de Fonbec llevarán cotillón y comida alegórica a la fecha patria al refugio Sol de Noche y al taller Vía Libre, de barrio Ludueña. Inés Risso contó a CLG sobre esta iniciativa, que llevan adelante desde hace 9 años.
Desde hace ya nueve años, cada 25 de mayo, quienes asisten al Refugio Sol de Noche pueden disfrutar de empanadas realizadas con amor y cariño, por voluntarios de Fonbec (Fondo de Becas para Estudiantes). Inés Risso, coordinadora en Rosario, explicó a CLG de qué se trata el proyecto «Empanadas solidarias», con el que esperan cocinar más de 1.000 para entregar el sábado no sólo en el refugio, sino también a quienes asisten al Taller Vía Libre de barrio Ludueña.
Tras un mes y medio de recibir donativos, este viernes pusieron las manos a cocinar y realizaron el relleno: durante el sábado, cocinarán las empanadas y las repartirán. Al mediodía, irán al taller donde más de 110 personas asisten a comer. Durante la noche, al refugio.
«Comenzamos en Sol de Noche porque creemos que la gente del refugio merece pasarla igual que uno, con una comida típica y algo alegórico. También hacemos cotillón para decorar el lugar con celeste y blanco. Guirnaldas, servilletas, todo», explicó sobre la propuesta.
«Por la gran cantidad de donativos, volvimos a elegir una segunda institución para donar. El Taller Vía Libre es de contención de chicos en barrio Ludueña», agregó Risso.
El desafío de este año, en base a todo lo que consiguieron de donativo, es realizar 1.000 empanadas y 400 pastelitos. «Tenemos todo para hacer esa cantidad, esperemos llegar. Estamos contentos con la respuesta de la gente», esgrimió.
«La idea es compartir el momento con quienes van a comer. En el refugio, servirlos y acompañarlos. Incluso el año pasado nos quedamos bailando con ellos, es lindo y divertido», contó.
Sobre la respuesta de la gente, afirmó que «los voluntarios están contentos» ya que es un «alivio por ser un día menos que deben cocinar» y para quienes asisten al lugar, es una «alegría y sorpresa». «Ellos lo sienten así porque se sorprenden que vayamos a destinar nuestro tiempo, principalmente por tratarse de muchos jóvenes, a ellos. Se sienten gratificados», describió.
Para ellos, también es algo positivo. Inés destacó que sienten «el cariño» y que el ver que los demás la disfrutan también los llena de satisfacción. «Uno no va por la gratificación, intenta darles lo mejor y que ellos se sientan los protagonistas», cerró.